26 may 2015

DIETA CETOGÉNICA Y DIETA BAJA EN CARBOHIDRATOS


Nuevamente uno de mis pacientes nuevos me ha mirado extrañado de que le permita comer pan o patata en la cena o la comida y al analizar sus hábitos dietéticos me he dado cuenta de que había eliminado casi completamente las legumbres, el pan, la patata, el arroz y la pasta de su dieta.  

Ya expliqué en una presentación los numerosos efectos negativos que tenía actuar así pero hoy voy a centrarme en los efectos de la dieta llamada “cetogénica”. Es un artírculo un poco largo pero leerlo, vale la pena!

Muchos no la conoceréis por ese nombre, simplemente habréis ido a un gabinete de dietética y el “especialista” os ha recomendado restringir o eliminar los alimentos del grupo de los cereales y harinas. Pues lo que en realidad estabais haciendo es una dieta del tipo “cetogénica”. ¿Esto qué es?

Llamamos dieta “cetogénica” a aquella pauta alimentaria que lleva a nuestro cuerpo a una situación de CETOSIS, de ahí su nombre. Para entender esto os explico primero, de forma muy sencilla, cómo funciona nuestro cuerpo en condiciones NORMALES. Y resalto la palabra NORMAL.

Los hidratos de carbono (nutriente que encontramos en la pasta, arroz, legumbre, maíz, cereales, pan y productos derivados del pan, frutas y verduras) son la fuente principal de energía de nuestro cuerpo. Esto significa que nuestro corazón, los músculos, los riñones, los glóbulos rojos de la sangre, el cerebro y el hígado necesitan a este nutriente (que una vez digerido se convierte en glucosa) para funcionar como es debido.

Cuando tomamos demasiados hidratos de carbono y la sangre (que es donde los órganos “cogen” su energía) ya tiene suficiente glucosa, se almacena en forma de glucógeno (una especie de reserva) en el músculo y el hígado. Esto pasa de forma normal pero resulta que el glucógeno es limitado y llega un punto en que si seguimos tomando demasiados alimentos de este grupo, se convertirán en grasa.

Pero si tomamos una cantidad insuficiente de hidratos de carbono, tanto que no podemos mantener la cantidad de glucosa  adecuada en la sangre nuestro cuerpo hará esfuerzos para compensarla y lo hará a expensas de nuestro glucógeno almacenado. Pero este glucógeno también puede agotar su fuente… ¿Entonces qué hace nuestro organismo para encontrar la forma de que todos los órganos dispongan de energía? 

Antes he dicho que la glucosa es la fuente principal de energía, pero hay otras: las grasas y las proteínas también pueden servir de energía según la situación.  Pero hay TRES PROBLEMAS que algunos “especialistas” pasan por alto cuando recomiendan estas dietas.

El primero es que no todos los órganos pueden usar la grasa como tal como fuente de energía. Nuestro CEREBRO SÓLO ES CAPAZ DE UTILIZAR LA GLUCOSA Y UNOS COMPUESTOS LLAMADOS CUERPOS CETÓNICOS. Son los únicos que pueden atravesar la barrera hematoencefálica que protege al cerebro.

Por eso cuando remite la cantidad de hidratos de carbono  (los manuales dicen que a menos de 100g de este nutriente) el cuerpo entra en CETOSIS y empieza a producir cuerpos cetónicos y lo hace a partir de las reservas de grasa. Los ácidos grasos se liberan para que el hígado los pueda transformar en cuerpos cetónicos incluso antes de agotarse el glucógeno almacenado ya que es fatal que baje la glucosa sanguínea (¿qué pasa cuando nos baja el azúcar? Ese azúcar no es más que glucosa). La CETOSIS es un simple mecanismo de ahorro de glucosa. Mientras que los demás órganos (riñones, hígado y músculo) utilizan la grasa, el cerebro utilizará los cuerpos cetónicos.

El segundo problema son los efectos secundarios de estos cuerpos cetónicos. Y habéis visto que eliminando los hidratos de carbono se activa la lipólisis (rompimiento de la grasa) y es lógico que muchas dietas hayan basado su principio en ello. Pero la grasa no se consume de la misma forma que haciendo ejercicio aeróbico o mediante una dieta equilibrada. Lleva consigo la producción de estos compuestos que no son nada saludables. ¿Cuáles son sus consecuencias si se prolonga demasiado?

  • Mareos y dolores de cabeza incluso a partir del tercer día.
  • Tenemos la glucosa muy baja y no tenemos energía para nada. ¿vale esto la pena? Nuestro cerebro necesita glucosa.
  • Mal aliento, uno de los cuerpos cetónicos es la acetona ¿os suena? Produce muy mal aliento.
  • Orina con olor muy fuerte
  • Sudor fuerte
  • Falta de apetito, los cuerpos cetónicos tienen ese efecto.
  • Náuseas, vómitos, dolor abdominal…
  • Se pierde calcio de los huesos


¿Y QUÉ HAY DE LAS PROTEÍNAS? Este es el tercer problema y no menos importante. Ya os he comentado que en ausencia de hidratos de carbono el cuerpo debe activar mecanismos para compensar esto. Uno son la degradación de las grasas y el otro… LA DEGRADACIÓN DE PROTEÍNA MUSCULAR. La proteína también puede ser usada como fuente energética si obligamos al cuerpo. Sin embargo no tenemos una reserva de proteínas en el cuerpo como pasa con la grasa o con el glucógeno, las proteínas están formando parte de nuestros MÚSCULOS así que este es otro de los grandes problemas. A pesar de que estemos consumiendo grandes cantidades de carne, huevo y pescado para aumentar la masa muscular, gran parte de esa cantidad de proteínas se deriva también hacia la formación de glucosa. La formación de glucosa es el objetivo prioritario por eso incluso en dietas de definición muscular deben consumirse un mínimo de hidratos de carbono precisamente para que todas esas proteínas que ingerimos nuestros músculos las utilice para agrandarse mientras que la glucosa se mantiene bien estable en la sangre. Además… ¿qué miedo tenéis deportistas? Sabéis que en deportes de fuerza la energía que nuestros músculos utilizan para iniciar el esfuerzo es precisamente la glucosa o glucógeno muscular. No tengáis miedo de que se convierta en grasa.

Y por último os muestro la composición en nutrientes de una dieta sin hidratos de carbono y otra que equilibrada en nutrientes:


¿Notáis alguna diferencia? Al no consumir suficiente cantidad de hidratos de carbono estas dietas se convierten en excesivamente elevadas en grasas y proteínas.


Reflexionar y sacad vuestras propias conclusiones.





Cristina Barroso Pinilla
Dietista-Nutricionista
cv00506


1 comentario:

  1. No conocía los diferentes tipos de la dieta cetogenica, yo estoy realizando una que es por etapas y me ha funcionado perfectamente, aunque ahora que conozco más tipos puedo complementar la que realizo

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