Centro Élea
9 jun 2015
ALIMENTOS FUNCIONALES... ¿CAPRICHO O NECESIDAD?
Durante el pasado fin de semana
he tenido una conversación – discusión -
debate acerca de la conveniencia
de consumir los famosos llamados ALIMENTOS FUNCIONALES. Mi interlocutor era una persona
“aficionada”, a falta de una palabra más adecuada, a llenar su carrito de
compra con productos que aleguen en su etiquetado frases como “este alimento
consumido diariamente previene la formación de la placa de ateroma”, “refuerza
tu sistema inmunitario”, “ayuda a mejorar tu tránsito intestinal” o
“enriquecido en ácidos grasos omega-3”. Pero lo que me hizo reflexionar fue el
hecho de que confiara plenamente en lo que se lee en el envase sin comprobar el
etiquetado o cuestionarse siquiera si él era un candidato a consumir tal
alimento y que los incluyera en su alimentación porque dice “no tengo tiempo de
cocinar como es debido y a veces tengo
que echar mano de alimentos no muy saludables por las prisas”.
Así pues voy a compartir con
vosotros mi punto de vista científico sobre este asunto.
Primero quiero que entendáis que
es un alimento funcional. La definición calcada sería “aquellos alimentos
fortificados desde el punto de vista nutricional para producir un beneficio
saludable al que lo toma o mejorar alguna función del organismo”. Lo que esto
significa es que son alimentos convencionales que se han modificado de tal
forma (incluyendo un nuevo ingrediente, aumentando su cantidad o eliminando uno
que ya tenía) que produce un efecto beneficioso para la salud de una persona.
Antes de seguir ya podéis daros
cuenta de que hago referencia a “una persona” o como he dicho antes “mejora
alguna función del cuerpo”. Así pues nos estamos refiriendo a una modificación concreta para mejorar una
alteración concreta del organismo, no hablamos de forma general.
Y en efecto estos alimentos se
idearon pensando en grupos de población con alguna característica concreta, ya
sea para embarazadas, para ancianos, para mujeres en la menopausia, para niños
con problemas de alimentación… Es decir personas que sufren alguna carencia
nutricional o alimentaria.
Pero resulta que desde no hace
mucho el estilo de vida ha cambiado y ha afectado también a nuestra forma de
comer. El ritmo de trabajo, los horarios, las pocas ganas de cocinar, la gran
oferta de alimentos distintos, la falta de conocimiento en nutrición… ha hecho
que descuidemos nuestra alimentación y ha cambiado también el concepto que
tenemos de los alimentos funcionales.
Pues hoy en día echamos mano de
ellos para intentar compensar en alguna medida los DESEQUILIBRIOS ALIMENTARIOS que tenemos y calmar de paso nuestra conciencia. Hoy me he tenido que quedar a comer en el trabajo y me he pedido en el
bar un bocadillo de queso con bacon y mayonesa. Y como he estado todo el día
trabajando no tenía ganas de cocinar al llegar a casa y me he hecho una pizza,
además me la he comido entera porque estaba muerta de hambre. Así que de postre
me he comido un yogur activia de esos que tienen bifidus porque sino mañana me
levantaré como un globo después de todo lo que he comido hoy…
Otro ejemplo. A mi marido no le gusta nada el pescado,
prácticamente comemos una vez a la semana pescado y casi siempre es merluza
porque es el único pescado que acepta comer. El médico me dijo que debería
comer más pescado azul por eso del omega-3 (es que mi marido tiene el
colesterol alto y ya hemos tenido algún que otro susto). Así que le compro es
leche que tiene omega-3 y se bebe un vaso todos los días.
Las preguntas que surgen ahora
son ¿realmente necesitamos alimentos funcionales? ¿Hay alguna consecuencia de
usarlos de esa forma? ¿Son un buen recurso para sustituir a una dieta
equilibrada y saludable?
El otro día hablábamos de si nos
teníamos que fiar de los patrocinios. Este campo está también muy relacionado,
no olvidéis que todas esas alegaciones saludables que decía al principio y que
se leen en los envases las hacen en realidad la empresa que comercializa ese
producto y siempre estará implicado el marketing, más ahora cuando hay tanta
demanda por parte de los consumidores y se vende tan bien… pero tranquilos. Por
suerte hace algún tiempo se creó la EFSA (Agencia Europea de Seguridad
Alimentaria) que es la que controla que todas esas alegaciones sean ciertas y
se ocupa de que cada empresa demuestre de forma científica que el alimento
produce el efecto saludable que declara en la etiqueta.
Pero… no podemos estar seguros de
que no se escape ninguno. Hasta día de hoy no se han podido demostrar todas las
alegaciones de estos alimentos y la EFSA trabaja para retirar de mercado
aquellos cuyo efecto sea todavía confuso. Todos los días se rechazan muchas
alegaciones (todo esto no me lo invento yo, la información esta accesible para
todo el mundo en la página de la organización).
Es más, un alimento que en su día
se haya comercializado puede que más adelante, al hacer más pruebas o al
descubrirse más cosas, se den cuenta de que no estaba correctamente demostrado
su efecto saludable así que hacen a la empresa correspondiente retirar la
alegación que se hace de dicho producto. Es lo que pasó con cierto yogur
líquido que decía reforzar las defensas y que desde hace un tiempo se ha vuelto
a comercializar con esa alegación.
Con esto quiero deciros, ya para
acabar, dos cosas.
La primera es que nunca habrá
suficientes datos para asegurar que un alimento convencional que se haya
modificado con la intención de producir un efecto saludable sea suficientemente
seguro para consumirlo de forma indiscriminada. La normativa nos dice que
cuando se pone a la venta un producto de estas características debe indicar
siempre la frecuencia con que se debe tomar para conseguir ese efecto. Y,
repitiendo lo que ya he dicho, son productos que se han ideado para satisfacer
las necesidades de ciertos grupos de población con alguna carencia especial, y
no para las personas sanas.
En realidad cualquier persona
puede tomar productos funcionales si se tienen los conocimientos suficientes
para poder hacerlo de forma segura y no permitir que, sin darnos cuenta,
estemos consumiendo más vitamina A de la que toca (la vitamina A en cantidades
excesivas resulta tóxica). Pero no podemos esperar que todo el mundo sean
dietistas-nutricionistas y tengan estos conocimientos.
La segunda es… que a pesar de
todo, todos los organismos sanitarios (y yo) siguen insistiendo en que nada, al
menos hasta ahora, puede sustituir a una alimentación adecuada y saludable y
que la aparición de los alimentos funcionales en el mercado no deben suponer un
espaldarazo a todos los esfuerzos que hacemos para intentar inculcar hábitos
saludables. Al fin y al cabo, la salud tiene un objetivo a largo plazo y una
dieta saludable es lo único que ha demostrado ser efectivo a largo plazo (no
podemos -o no deberíamos- tomar tres danacoles al día por el resto de nuestra
vida).
Así que mi consejo de esta semana…
si creéis o sabéis que tenéis alguna carencia nutricional podría ser
beneficioso e incluso yo os lo recomendaría, incluir un alimento funcional que
pueda ayudaros a combatir dicha carencia. Pero nunca dejéis de esforzaros por
llevar una alimentación saludable. Y ya lo sabéis… los dietistas-nutricionistas
estamos para algo!!
Cristina Barroso Pinilla
Dietista-Nutricionista
cv00506
1 jun 2015
¿ES IMPORTANTE PATROCINAR?
Hoy quiero comentaros un
artículo escrito por Virginia Gómez, miembro de la comisión de intrusismo del
Colegio oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana
(CODINUCOVA), y que se ha publicado este año en la Revista Española de
Nutrición Humana y Dietética.
El artículo se llama ¿Es
importante patrocinar? Y habla de un tema muy interesante que es el patrocinio
en el ámbito de la nutrición y dietética, especialmente en la industria
alimentaria.
Cuando hablamos de patrocinio
nos referimos a que una empresa establece un acuerdo económico a cierto
colectivo para que éste patrocine a la empresa. Estamos en una sociedad muy
dada a este tipo de acuerdos y cada vez vemos más y más productos, en la
televisión o en otros medios, patrocinados por alguna empresa. La industria
alimentaria también se ha sumado a ellos, pensad en los refrescos como ejemplo.
Y es por eso que este artículo
me ha parecido interesante… es cierto que cada vez sois más los que confiáis en
nosotros y buscáis la opinión de un profesional experto
(Dietista-Nutricionista) rechazando la información falsa que se divulga. Pero
también he de deciros que incluso en la industria alimentaria se dan
informaciones que, aunque pueden estar sustentadas por algún colectivo de
Dietistas-Nutricionistas o equipo de investigación en la materia, no garantiza
que sea veraz, debido precisamente a los patrocinios.
¿Significa eso que no tenemos
que fiarnos de ningún producto que esté avalado por una empresa? No, como dice
la autora del artículo que os comento, depende de la ética de las personas que
acuerden el patrocinio.
Pero vamos al grano… ¿de qué
estamos hablando? Pues hablamos concretamente de aquellos productos que, como
profesional en la materia, no recomendaríamos en una consulta de dietética y
nutrición por formar parte de ese grupo de alimentos que pueden favorecer la
obesidad y el sobrepeso y las enfermedades cardiovasculares. Entre estos
productos incluimos los refrescos, algunas empresas de comida rápida, bollería
y otros productos que no consideraríamos adecuados como parte de una
alimentación saludable (sin decir marcas creo que ya sabéis a cuáles me
refiero, y si no, observar los spots publicitarios).
Y aquí viene lo preocupante,
tal y como dice Virginia, ¿Cómo es que mientras unos nos esforzamos en ayudar a
la población a conseguir unos hábitos saludables incidiendo en los
inconvenientes de consumir este tipo de alimentos, al menos todos los días, y a
otros los vemos avalando precisamente este tipo de productos y destacando sus
beneficios? Es un poco contradictorio, ¿no? ¿A quién debéis hacer caso
entonces?
Pues desgraciadamente, el tener
una formación no garantiza que escojamos el camino de la buena práctica ética.
Cada profesional es libre de actuar como considere y está en su derecho de
aceptar el patrocinio de alguna empresa. Sin embargo, desde el CODINUCOVA
advierten que nosotros, como los profesionales sanitarios más capacitados den
materia de Nutrición y Dietética, debemos tener cuidado con el tipo de relación
comercial que aceptamos y deberíamos negarnos a aceptar aquel patrocinio que
pueda contradecir dos de nuestros principios éticos que es velar por la
seguridad y la salud del consumidor y divulgar siempre la información más
actualizada de acuerdo a la evidencia científica que exista evitando dar
mensajes erróneos y confusos a los ciudadanos. Además… seria una falta de
respeto a todas aquellas personas que confían en nosotros y compran cierto
producto (de dudosa calidad nutricional) porque han visto que un colectivo de
Dietistas-Nutricionistas lo avalan.
Antes de terminar… ¿Por qué el
patrocinio de ciertas empresas de alimentos puede ser “mala”? Simple y
llanamente porque es un acuerdo de intereses económicos en los que las dos
partes de esa relación deben tener un beneficio. Intentaré poner un ejemplo.
Imaginad que cierta empresa que
comercializa un producto parecido a un bollo de chocolate (rico en grasas
saturadas, sodio ya azúcar) subvenciona un estudio científico que será
realizado por un equipo de investigación en el que hay
Dietistas-Nutricionistas, con la intención de destacar que contiene más hierro
que otro alimento de la misma categoría ¿Creéis que dicha empresa (que paga
esos estudios) permitiría que dichos estudios científicos demostraran que es un
alimento con excesiva cantidad de sodio, grasas saturadas y azúcar? No, el
equipo de investigación “orientaría” sus estudios de manera que no demuestren
tal hecho sino que sólo demuestren que contiene una cantidad significativa de
hierro. Así que una vez demostrado ese beneficio del producto, lo veríamos en
nuestras casas anunciarse diciendo: este producto es recomendado por tal grupo
de profesionales sanitarios en niños en edad de crecimiento por su cantidad
significativa de hierro. Y la consecuencia más triste sería que muchas madres,
confiando en los profesionales que avalan dicho producto, compran y le dan ese
producto a su hijo…
Mi consejo de esta semana… ser críticos con la publicidad que se vende en
los medios de comunicación.
Cristina Barroso Pinilla
Dietista-Nutricionista
cv00506
26 may 2015
DIETA CETOGÉNICA Y DIETA BAJA EN CARBOHIDRATOS
Nuevamente uno de mis pacientes nuevos me ha mirado
extrañado de que le permita comer pan o patata en la cena o la comida y al
analizar sus hábitos dietéticos me he dado cuenta de que había eliminado casi
completamente las legumbres, el pan, la patata, el arroz y la pasta de su
dieta.
Ya expliqué en una presentación
los numerosos efectos negativos que tenía actuar así pero hoy voy a centrarme
en los efectos de la dieta llamada “cetogénica”. Es un artírculo un poco largo pero leerlo, vale la pena!
Muchos no la conoceréis por ese nombre, simplemente habréis ido a un gabinete de dietética y el “especialista” os ha recomendado restringir o eliminar los alimentos del grupo de los cereales y harinas. Pues lo que en realidad estabais haciendo es una dieta del tipo “cetogénica”. ¿Esto qué es?
Llamamos dieta “cetogénica” a aquella pauta alimentaria que
lleva a nuestro cuerpo a una situación de CETOSIS, de ahí su nombre. Para
entender esto os explico primero, de forma muy sencilla, cómo funciona nuestro
cuerpo en condiciones NORMALES. Y resalto la palabra NORMAL.
Los hidratos de carbono (nutriente que encontramos en la
pasta, arroz, legumbre, maíz, cereales, pan y productos derivados del pan,
frutas y verduras) son la fuente principal de energía de nuestro cuerpo. Esto
significa que nuestro corazón, los músculos, los riñones, los glóbulos rojos de
la sangre, el cerebro y el hígado necesitan a este nutriente (que una vez
digerido se convierte en glucosa) para funcionar como es debido.
Cuando tomamos demasiados hidratos de carbono y la sangre
(que es donde los órganos “cogen” su energía) ya tiene suficiente glucosa, se
almacena en forma de glucógeno (una especie de reserva) en el músculo y el
hígado. Esto pasa de forma normal pero resulta que el glucógeno es limitado y
llega un punto en que si seguimos tomando demasiados alimentos de este grupo,
se convertirán en grasa.
Pero si tomamos una cantidad insuficiente de hidratos de
carbono, tanto que no podemos mantener la cantidad de glucosa adecuada en la sangre nuestro cuerpo hará
esfuerzos para compensarla y lo hará a expensas de nuestro glucógeno
almacenado. Pero este glucógeno también puede agotar su fuente… ¿Entonces qué hace nuestro organismo para encontrar la forma de que todos los órganos dispongan de
energía?
Antes he dicho que la glucosa es la fuente principal de energía, pero
hay otras: las grasas y las proteínas también pueden servir de energía según la
situación. Pero hay TRES PROBLEMAS que
algunos “especialistas” pasan por alto cuando recomiendan estas dietas.
El primero es que no todos los órganos pueden usar la grasa
como tal como fuente de energía. Nuestro CEREBRO SÓLO ES CAPAZ DE UTILIZAR LA
GLUCOSA Y UNOS COMPUESTOS LLAMADOS CUERPOS CETÓNICOS. Son los únicos que pueden
atravesar la barrera hematoencefálica que protege al cerebro.
Por eso cuando remite la cantidad de hidratos de
carbono (los manuales dicen que a menos
de 100g de este nutriente) el cuerpo entra en CETOSIS y empieza a producir
cuerpos cetónicos y lo hace a partir de las reservas de grasa. Los ácidos
grasos se liberan para que el hígado los pueda transformar en cuerpos cetónicos
incluso antes de agotarse el glucógeno almacenado ya que es fatal que baje la
glucosa sanguínea (¿qué pasa cuando nos baja el azúcar? Ese azúcar no es más
que glucosa). La CETOSIS es un simple mecanismo de ahorro de glucosa. Mientras
que los demás órganos (riñones, hígado y músculo) utilizan la grasa, el cerebro
utilizará los cuerpos cetónicos.
El segundo problema son los efectos secundarios de estos
cuerpos cetónicos. Y habéis visto que eliminando los hidratos de carbono se activa
la lipólisis (rompimiento de la grasa) y es lógico que muchas dietas hayan
basado su principio en ello. Pero la grasa no se consume de la misma forma que
haciendo ejercicio aeróbico o mediante una dieta equilibrada. Lleva consigo la
producción de estos compuestos que no son nada saludables. ¿Cuáles son sus
consecuencias si se prolonga demasiado?
- Mareos y dolores de cabeza incluso a partir del tercer día.
- Tenemos la glucosa muy baja y no tenemos energía para nada. ¿vale esto la pena? Nuestro cerebro necesita glucosa.
- Mal aliento, uno de los cuerpos cetónicos es la acetona ¿os suena? Produce muy mal aliento.
- Orina con olor muy fuerte
- Sudor fuerte
- Falta de apetito, los cuerpos cetónicos tienen ese efecto.
- Náuseas, vómitos, dolor abdominal…
- Se pierde calcio de los huesos
¿Y QUÉ HAY DE LAS PROTEÍNAS? Este es el tercer problema y no
menos importante. Ya os he comentado que en ausencia de hidratos de carbono el
cuerpo debe activar mecanismos para compensar esto. Uno son la degradación de
las grasas y el otro… LA DEGRADACIÓN DE PROTEÍNA MUSCULAR. La proteína también
puede ser usada como fuente energética si obligamos al cuerpo. Sin embargo no
tenemos una reserva de proteínas en el cuerpo como pasa con la grasa o con el
glucógeno, las proteínas están formando parte de nuestros MÚSCULOS así que este
es otro de los grandes problemas. A pesar de que estemos consumiendo grandes
cantidades de carne, huevo y pescado para aumentar la masa muscular, gran parte
de esa cantidad de proteínas se deriva también hacia la formación de glucosa.
La formación de glucosa es el objetivo prioritario por eso incluso en dietas de
definición muscular deben consumirse un mínimo de hidratos de carbono
precisamente para que todas esas proteínas que ingerimos nuestros músculos las
utilice para agrandarse mientras que la glucosa se mantiene bien estable en la
sangre. Además… ¿qué miedo tenéis deportistas? Sabéis que en deportes de fuerza
la energía que nuestros músculos utilizan para iniciar el esfuerzo es
precisamente la glucosa o glucógeno muscular. No tengáis miedo de que se
convierta en grasa.
Y por último os muestro la composición en nutrientes de una
dieta sin hidratos de carbono y otra que equilibrada en nutrientes:
¿Notáis alguna diferencia? Al no consumir suficiente
cantidad de hidratos de carbono estas dietas se convierten en excesivamente
elevadas en grasas y proteínas.
Reflexionar y sacad vuestras propias conclusiones.
20 may 2015
NUTRICIÓN Y ESA TEMIDA.... MENOPAUSIA!
Para poder entender por qué nos pasa lo que nos pasa en esta época de la nuestra vida tenemos que saber qué es la menopausia. La menopausia es el nombre que se le pone al cese de nuestra actividad ovárica, a partir de ese momento nuestros ovarios dejan de producir la misma cantidad de hormonas, especialmente de estrógenos.
Los estrógenos son unas hormonas muy activas y con múltiples funciones en nuestro cuerpo y es por eso que al disminuir su producción se nos presentan todos los síntomas típicos.
Pero yo quiero aclarar o explicar uno de los grandes mitos y es que la menopausia engorda.
Pues bien, la menopausia por sí misma no engorda ni hace que fisiológicamente subamos de peso así que es un mito. Sin embargo se ha visto que sí se produce un aumento de 2-4 kilos a partir de ella. Entonces… ¿A qué se debe esto?
Los profesionales de la salud apuntan que esta subida de peso la debemos achacar a las consecuencias de la menopausia: los sofocos, las alteraciones del sueño, la ansiedad, la depresión… nos lleva a tomar alimentos que antes no nos permitíamos, sobre todo alimentos dulces. “Pero yo no he cambiado mi forma de comer, como igual y he subido de peso”. Algunas me habéis dicho esta misma frase.
Pues aquí va el motivo. Los cambios hormonales provocan una retención de líquidos, el metabolismo funciona más lentamente y se almacena más grasa sobre todo en el abdomen (curiosamente son los estrógenos entre otras cosas los que nos protegen de esa acumulación de grasa en el abdomen).
Otra cosa muy importante es que nuestro gasto calórico baja, porque baja nuestra masa muscular, y esto quiere decir que necesitamos menos calorías.
Esto significa que ES NECESARIO QUE IGUAL QUE NUESTRO CUERPO CAMBIA LO HAGA TAMBIÉN NUESTRO ESTILO DE VIDA.
Y esta es la respuesta a la frase-tabú que decía antes. No es la menopausia lo que engorda si no los cambios que NO hacemos.
No voy a explicar aquí cuáles son esos cambios porque como digo siempre cada persona es un mundo y habrá alguien a la que los cambios hormonales no les suponga un gran problema y otra a la que le sea muy difícil casi imposible (CASI) seguir un tratamiento dietético.
Por eso es esencial que consultéis con un buen profesional cuáles son esos cambios que cada una necesitáis y sobre todo que os asesore sobre lo que es más conveniente para vosotras… y esto lo digo pensando en aquellas que para perder peso seguís una dieta NO ADECUADA. A partir de la menopausia comenzamos a perder músculo y tendemos a acumular grasa… por eso os aseguro este es el peor momento para seguir dietas restrictivas o hiperproteicas y bajas en carbohidratos (dietas milagro).
Y recordad una cosa muy importante… si una dieta equilibrada y saludable hecha a vuestra medida no consigue que vuestro cuerpo pierda peso pensad que ningún otro método conseguirá que lo haga (sin perjudicar la salud)... solo tenéis que esperar al mejor momento para hacerlo.
La salud es lo más importante!
Cristina Barroso Pinilla
Dietista-Nutricionista
cv00506
6 may 2015
ELECTROTERAPIA PARA PROBLEMAS CIRCULATORIOS
En
primer lugar debéis saber que ningún tratamiento de electroestimulación o
electroterapia puede solucionar problemas médicos pero si síntomas que se
deriven del estilo de vida: hábito tabáquico, comidas ricas en sal o grasa,
vida sedentaria, ingesta de ciertos medicamentos, estrés, factores climáticos
etc.
¿PARA
QUÉ LA PODEMOS USAR?
Retención
de líquidos que no esté producida por enfermedades renales o cardíacas
Hipertensión
arterial ligera
Celulitis
Piernas
pesadas o cansadas
¿COMO
FUNCIONA?
Aplicando
corrientes con frecuencia entre 1 y 10hz conseguiremos los siguientes efectos:
- Activación vasomotora con mejora de la circulación
- Mejora de los procesos inflamatorios y dolor
- Mejora de la oxigenación de los músculos de la zona
- Mejora del retorno venoso
- Activación del drenaje linfático
ES
IMPORTANTE SABER…
Si bien es cierto que a bajas frecuencias se pueden activar la circulación sanguínea las personas con
problemas más serios de circulación no deben utilizar esta técnica: marcapasos,
enfermedades cardíacas o arritmias, enfermedades renales. Estas enfermedades deben solucionarse desde el punto de vista médico.
¡ INFÓRMATE SIN COMPROMISO !
CENTRO ÉLEA – AINHOA SÁNCHEZ
616 37 27 89
centroeleaainhoasanchez@gmail.com
Calle Cervantes, 53 – El Verger
30 abr 2015
DESAYUNA COMO UN REY, COME COMO UN PRÍNCIPE Y CENA COMO UN MENDIGO
¿Qué
tiene de cierto y falso esta frase? ¿Y qué relación tiene con la alimentación
saludable?
La
distribución de los alimentos es un tema muy importante en dietética y no se
hace al azar sino que debe regirse por un principio de reparto equilibrado de
la energía, ¿qué significa esto? Que toda la energía que obtenemos diariamente
de los alimentos se debería distribuir de la siguiente manera para lograr una
alimentación equilibrada:
DESAYUNO 25%
COMIDA 30-35%
MERIENDA 10-15%
CENA 20-30%
Observando
estos valores podríamos cambiar la frase inicial por esta otra:
¡¡DESAYUNA
COMO UN PRÍNCIPE, COME COMO UN REY Y CENA COMO UN MENDIGO!!
DESAYUNO
El
desayuno es la primera ingesta del día y se puede decir que es la más
importante pues precede a un largo descanso en el que nuestro cuerpo no ha
ingerido nutrientes, más importante aún si somos de esas personas que se
acuesta pronto y se levanta tarde, más tiempo estaremos sin comer y más demanda
de energía tendrá nuestro organismo cuando se despierte.
Todavía
más importante para las personas que desean perder peso pues los efectos del
ayuno son muy negativos (otro día hablaremos del ayuno), os dejo una pista… por
algo la primera ingesta del día se llama des-AYUNO.
¿Y si
somos de los que no les gusta comer nada cuando se levantan? No pasa nada
porque el desayuno lo podemos dividir en dos: desayuno y almuerzo, siempre y
cuando aseguremos el aporte de todos los nutrientes necesarios en la primera
mitad del día, sobre todo si la mayor parte de vuestro gasto energético tiene
lugar por la mañana.
ALMUERZO
Como
acabo de decir, el desayuno podemos dividirlo en otra colación más, que será el
almuerzo, si no solemos hacer el desayuno completo. Tenéis dos opciones:
·
DESAYUNO GRANDE + ALMUERZO PEQUEÑO
·
DESAYUNO PEQUEÑO + ALMUERZO GRANDE
El
almuerzo debe servir para completar el desayuno en aquellas ocasiones en las
que no se ha hecho completo o si vamos a pasar más de 3-4 horas sin comer hasta
la hora de la comida. En caso de que no os guste desayunar mi consejo es que toméis
una pequeña colación en el desayuno si pasan más de 3 horas desde que os
levantáis hasta que almorzáis.
COMIDA
La
comida como veis debe ser un poco más calórica que el desayuno porque es
vuestra comida principal, la que cae justo en la mitad del día. Y es que lo más
habitual es que o bien terminemos de pasar una mañana muy movidita o bien
vayamos a pasar una tarde muy movidita con lo cual necesitaremos reponer o
aportar a nuestro cuerpo la energía que necesita (ni más ni menos). Sobra decir
que debe ser lo más completa posible.
MERIENDA
La
merienda no es una comida principal sino una colación del día. Esto ya nos indica que no tiene que parecerse
(ni de lejos) al desayuno o a la comida, solo aportar una dosis de energía y
nutrientes clave para poder llegar a la hora de la cena sin morirnos de hambre
y con el metabolismo en su justo ritmo. Sin embargo, en ocasiones es por la
tarde cuando se concentra todo nuestro gasto energético (vamos al gimnasio,
hacemos deporte, trabajamos de manera activa, somos niños o adolescentes en
crecimiento etc.), en este caso debemos valorar una merienda un poco más
calórica pero sin exagerar, ya que si el resto del día lo hemos hecho bien no
nos hará falta ahora.
CENA
“Cena
como un mendigo”. Esto no significa que solo debamos cenar una ensalada o una
sopa de fideos sino que la cena debe siempre ser menos calórica que la cena. Y
es lógico porque ya ha pasado prácticamente el día y solo nos quedará, en la
mayoría de los casos, descansar y dormir y por lo tanto sería peligroso
proporcionar al organismo más energía de la que requiere. Por norma general en
la cena debemos escoger aquellos alimentos que nos faltan por incluir en el día
o completar lo que no hemos incluido en
la comida (por ejemplo: si hemos comido un plato de pasta con carne y poca
verdura en la cena sería lógico incluir un plato grande de verdura con pescado
y un poco de pan).
RECENA
Esta
colación no es, por decirlo de algún modo “oficial”. Pero podría ser necesaria
en aquellas personas que pasan más de 4 horas sin comer desde que cenan hasta
que se acuestan. Eso sí, no debería aportar más de un 5% de la energía total
diaria y muy importante!! No deberían ser alimentos que dificulten el sueño o
la digestión.
Cristina Barroso
Dietista-Nutricionista
cv00506
Dietista-Nutricionista
cv00506
26 abr 2015
¿QUÉ ES UN DIETISTA-NUTRICIONISTA?
Creo que más bien la pregunta sería… ¿QUÉ NO ES UN
DIETISTA-NUTRICIONISTA?
Pues bien, no se puede llamar dietista-nutricionista a cualquier
persona que se siente tras una mesa y trate algun tema relacionado con la
nutrición o diseñe dietas. El dietista-nutricionista es un profesional
sanitario que se ha formado debidamente porque, efectivamente, el
dietista-nutricionista está catalogado como profesión sanitaria junto con la
enfermería, la medicina o la psicología. Dietista-nutricionista es aquel que
posee el grado en Nutrición Humana y Dietética!!
En primer lugar… no existen nutricionistas ni dietistas, sino que
existen dietistas-nutricionistas y es así como se denomina nuestra profesión. Y
esta denominación lo abarca todo… al dietista –nutricionista que se dedica al
ámbito clínico, al que se dedica al ámbito industrial, al que se dedica al
ámbito deportivo y al que se dedica a la investigación. Por lo tanto, tampoco
existe el nutricionista clínico, el nutricionista funcional, el dietista
natural… todos son dietistas-nutricionistas.
En segundo lugar, como profesional sanitario tenemos la obligación
de pertenecer a un Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas y poseer un
número de socio de dicho colegio. Igual que los médicos, podólogos… Con esto
quiero decir que un farmacéutico que se dedica a la nutrición porque ha hecho
un curso no es un dietista-nutricionista, solo es un farmacéutico que ha
estudiado un curso de nutrición. Y lo mismo pasa con las enfermeras, los
médicos, los monitores deportivos, los dependientes de centros dietéticos o
herboristerías y un largo etcétera.
Hablando
directamente… cualquier persona que se haga llamar dietista o nutricionista sin
la debida formación o que no actúe respetando el código ético de nuestra
profesión está actuando contra la legalidad… pero sin embargo… esto pasa
frecuentemente, por desgracia.
¿Por
qué pasa esto? Por ejemplo, el hecho de que
la Dietética y Nutrición sea una profesión que se ha independizado de las demás
ciencias de la salud recientemente y por ello los dietistas-nutricionistas
tengamos que luchar para hacernos respetar. O el hecho de que en todas las
carreras sanitarias se comparten asignaturas y LÓGICO, porque la salud debe
abordarse siempre desde un punto de vista multidisciplinario y se necesita
tener nociones básicas de todo. Un médico debe saber cómo afectará la resección
de parte del colon a la nutrición del paciente y por ello actuará en
consecuencia pero no es él quién se debe encargar de explicar al paciente cómo
deberá cambiar su alimentación a partir de ese momento.
Recordad
lo que he dicho… “nociones básicas”, el hecho de que en una carrera se hable de
la nutrición no le da derecho a ejercer de la misma. La carrera de Nutrición
Humana y Dietética aborda la salud desde varios puntos de vista, bioquímico,
fisiopatológico, psicológico, farmacéutico… pero no se me ocurriría
diagnosticar a ninguno de mis pacientes de una enfermedad, o ejercer de
psicóloga porque tengo las nociones básicas o recetar fármacos solo porque he
estudiado farmacología.
ENTONCES…
¿Por
qué otros profesionales sanitarios se creen con derecho de ejercer de
dietistas-nutricionistas? O… ¿Por qué muchas personas que ni siquiera tienen
una profesión sanitaria ejercen de dietistas-nutricionistas? Desgraciadamente
los DIETISTAS-NUTRICIONISTAS nos vemos en la obligación de luchar contra el
intrusismo laboral no por nuestro propio bien, sino por el bien de la comunidad
que sin saberlo se deja atender por “profesionales” que se hacen llamar dietistas o
nutricionistas que ni siquiera respetan nuestro código deontológico.
Y
las consecuencias de este intrusismo son y han sido desastrosas…
La
comunidad piensa que un dietista-nutricionista es aquel que se dedica a diseñar
dietas de adelgazamiento (de hecho la mayoría de mis pacientes desean perder
peso). La nutrición y la dietética va más allá de la obesidad y el sobrepeso,
se encarga de tratar cualquier problema relacionado con la salud desde el punto
de vista nutricional.
La
comunidad cree que un dietista-nutricionista vende productos milagrosos para
perder peso o suplementos para aumentar el rendimiento deportivo. Se distingue
a un buen dietista-nutricionista porque es capaz de utilizar SOLO las
herramientas que nos proporciona la nutrición y la dietética para solucionar un
problema de salud, no a base de productos especiales… y menos si ellos obtienen
beneficio vendiendo dichos productos.
Se
dan consejos inadecuados, infundados que hace que las personas adopten hábitos
poco saludables que incluso ponen en riesgo la salud. ¿Alguien se acuerda de la
famosa dieta Dukan y los efectos que tuvo en la salud de muchas personas?
¿Alguien cree por un segundo que comiendo solo fruta y sopas está haciendo
bien?
Se
ha fundamentado el desconocimiento de la población y la deseducación nutricional…
hay pacientes que en mi consulta me cuestionan lo que les digo (¿Pero puedo
comer pan si quiero perder peso?) porque su médico o la tele o su amiga o
“otros dietistas” le han dicho otra cosa.
Las
personas hacen mil y una dietas pensando que cada profesional tiene un método y
que es cuestión de probarlo… qué equivocación! No hay un método para conseguir
un objetivo concreto, no se pueden inventar métodos que sirven o que no sirven,
la salud no está para ir probando “métodos” y si no funcionan dejarlos. Solo
hay una manera de trabajar con el paciente y es teniendo en cuenta LAS
DIRECTRICES DE UNA DIETA SALUDABLE Y EQUILIBRADA Y LA EDUCACIÓN ALIMENTARIA AL
PACIENTE. Solo así podemos conseguir objetivos duraderos y gozar de buena
salud. Las dietas no son métodos que se aplican sistemáticamente a cada persona
que entra en consulta, la dietética es el arte de diseñar, de distribuir y de
organizar los hábitos alimentarios de una persona… UNA PERSONA!! No todas las
personas, sino a una persona concreta con sus necesidades y sus circunstancias
de vida.
Y
antes de terminar… un apunte importante. Un dietista-nutricionista es alguien
que vela por la salud de su paciente. Con esto quiero decir que no es aquel que
hace todo lo posible para que el paciente pierda peso rápido porque eso es lo
que quiere olvidándose de las consecuencias negativas a largo plazo y del
código ético de nuestra profesión, no es aquel que solo tiene en cuenta los
intereses económicos… dietista-nutricionista es aquel que por encima de todo
trata de explicar, educar y mejorar la salud de la persona que acude a su
consulta, que lucha por buscar una solución al problema que se plantea siempre
teniendo en cuenta la salud a corto y largo plazo… por mucha prisa que el
paciente tenga.
Tu
puedes ayudar a todos los DIETISTAS-NUTRICIONISTAS, que tenemos el derecho de
ejercer esta profesión, a hacer que desaparezca el gran intrusismo laboral
contra el que luchamos. Hazlo por nosotros y por ti, que también tienes derecho
a disfrutar de todos los beneficios que tiene esta ciencia para tu salud.
Cristina Barroso Pinilla
Dietista-Nutricionista
CV00506
18 abr 2015
¿QUÉ ES UNA DIETA PERSONALIZADA?
Es un tratamiento dietético diseñado específicamente
para una persona concreta, es decir, un tratamiento que tiene en cuenta las
circunstancias concretas, objetivos específicos, preferencias y gistos, forma y
estilo de vida de una persona concreta.
Horarios
laborales
Alergias
alimentarias
Cirugías y
enfermedades
Medicación
Tratamientos
dietéticos anteriores
Parámetros
bioquímicos alterados
Evolución
del peso
Filosofía de
vida y creencias religiosas
Lugar donde
comemos
Forma de
distribuir los alimentos
Masticación
y forma de comer
Actividad
física que se practica
Cuántas
personas viven en casa
Quién cocina
y forma de cocinar
Vida social
Ansiedad y
picoteo
¿POR QUÉ ES NECESARIO QUE SEAN PERSONALIZADAS?
Primero…
cada persona tiene necesidades distintas. No puede darse el mismo tratamiento
dietético a una persona de 1,80 m y otra que mide 1,50 m, a un deportista y a
un celíaco. Simplemente, cada persona tiene unas características fisiológicas
distintas y la nutrición, como ciencia de la salud, debe tenerlas en cuenta.
Segundo…
el éxito a largo plazo de la dieta depende de la adherencia a la dieta. ¿Una
persona que trabaja toda la tarde podrá comer cada 2 horas? ¿Una persona
alérgica a la proteína de la leche podrá consumir leche o yogur? Es fundamental
adaptar la pauta dietética a las circunstancias del paciente para poder
MANTENER LOS NUEVOS HÁBITOS A LARGO PLAZO!!
ENTONCES…
Una dieta que se saca de una carpeta, se imprime en el
mismo momento, se saca de un cajón o que se da a todo el mundo… una dieta que
no tiene en cuenta las pastillas que tomas o cuando las tomas, o no tiene en
cuenta que no te gustan las espinacas… NO ES UNA DIETA PERSONALIZADA!! Y menos aún si no te ha
hecho una entrevista dietética para indagar todos los datos necesarios para
diseñarla.
Que no te superen las ganas de perder peso o conseguir tus objetivos, no te ciegues porque tu salud está en juego... analiza las "dietas" a las que te sometes y busca el mejor asesoramiento dietético y REALMENTE PERSONALIZADO!!
Cristina Barroso Pinilla
dietista-nutricionista
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